Todos formamos parte de un todo, somos polvo sofisticado de estrellas, con neuronas que nos regalan memoria, razón y emociones. La escuela nos enseña a armonizar el caos que nos envuelve a través del conocimiento y del respeto a cuantos nos rodean.
Con este par de poemas os deseo una semana muy satisfactoria y, en especial, a todos los docentes.
Y cada alumno arrastra
sus circunstancias
hasta la mesa de la escuela.
Cada cual con su estrella,
cada cual con sus barreras.
Y hasta entrarán
seres desposeídos de la lengua,
carentes de afectos,
llenos de miedos.
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Y, puede…
que la escuela sea refugio
y nido nutritivo
que protege el cuerpo
y alimenta el alma.
Poema VII
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Compleja función,
la de la escuela:
armonizar energías
fluyentes desde regiones
distantes y desconocidas,
para que el mundo, en su giro
siga derroteros de respeto.
Poema VI
“Las partes de un todo”
© César Sobrón
Fotografía: Detalle de la mesa puzzle de sala de profesores: “Las partes de un todo”