
Se nos consumen las vidas consumadas, se nos acumulan los instantes, todos llevamos una inmensa fortuna en nuestro interior. Sé que es una perogrullada, que en la definición no puede entrar lo definido, pero lo más valioso en la vida es la VIDA.
Brasas de esmeralda
atesoradas en la memoria.
Cenizas de rubí
por laberintos de oro.
Humo de nácar
en el universo de plata…
Somos…
carne en el tiempo,
paréntesis incierto
en medio de la nada.
Poema XXI “Hacia dentro”
© César Sobrón