
Tal vez la Navidad y el verano sean las épocas del año donde afloran con mayor fuerza las vanidades.
Pero lo importante es renacer nuevos, reencontrarnos con el ser que nos habita y compartirnos. Os deseo a todos una semana sencilla donde os mime el amor.
La vanidad cierra las puertas,
imposibilita percibir
la grandeza ajena
que nos envuelve y acompaña
en este mundo sórdido
de ombligos poco besados.
La vanidad aleja.
La vanidad mata la ocasión
de fundirnos a los demás.
Poema XIV
Por vanidad,
asoman las miserias,
carencias y sueños
del exhibicionista arrogante
que algunos llevan dentro,
debajo del traje,
bien sujeto con la corbata
para que no se escape.
Poema XXXIX
El taburete
en el que algunos se suben,
con las patas de goma,
para colocar sus ombligos
a la altura de ajenos labios
y obligar a ser besados.
Les cuesta caer en la cuenta
que las pelotillas que albergan
impiden el espacio
a la cálida y húmeda piel
de los labios.
Poema LXII
“Abstractos”
© César Sobrón
Fotografía: Ieni Heras