
La soledad importuna
desde la cuna.
Amamantados, protegidos,
al mundo venimos, únicos.
Entre amistades y conocidos
crecemos exclusivos.
En una caja, solos,
nos vamos.
Pero el amor nos diluye soledades,
nos vincula a los otros,
nos regala cómplices y aliados
para pasear por este mundo…
y, la esperanza de seguir paseando.
Poema XXXV “Sugerencias amatorias”
© César Sobrón