
Fotografía: José Cano Tapia
Opino que hay pocas realidades más nutritivas para el espíritu que leer poesía con sosiego. Claro está que ésta es la opinión de un poeta y que, por lo tanto, algunos no estéis de acuerdo con mi opinión.
Vuelan las palabras claras
repletas de respeto.
Asoma el duende
y mueve la neurona
armonizante.
Crecen los afectos.
Diluye la impasibilidad
de lo imposible.
Se posa el poema.
La poesía aflora.
Poema XLVI
“Nubes y claros”
© César Sobrón