
Ante realidades catastróficas, invoquemos a los soñadores para abrir caminos de paz.
Como humo, los sueños
se esfuman en el aire,
entre actos adversos,
mil esfuerzos en balde.
——
Fumarolas que fluyen
de una mente imparable
en un globo mutable
que a tanta gente excluye.
——
Soñadores, con cuerpos
sensibles, al desnudo,
entre trampas y cepos.
——
Fabricantes maduros
de vías inusuales
de besos y saludos.
Poema LVIII
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Alguien tiene que hacerlo.
Escuchar los sollozos
de seres imperfectos
con más penas que gozos.
——
Descubrir diferencias
a quimeras y planes
que diluyen tragedias
y eliminan desastres.
——
Observar horizontes
que ocultan los senderos
en medio de las mentes.
——
Explorar los abismos
que esconden las tormentas
del vulgar narcisismo.
Poema LXXVI
“Drinos”
© César Sobrón