
Cada acto de cada instante,
cada palabra de cada idea,
cada empeño delirante
nos conforma la persona,
nos confirma el nombre
y hasta el oficio que jugamos.
Cada mirada en el entorno,
cada paso en el presente,
cada libertad ganada
nos aporta eternidad,
nos ofrece la mística
de la realidad que soñamos.
Poema XIX “Mística mundana”
© César Sobrón