
Sólo la luz brillante
del instante presente,
del presente intenso,
amortigua el temor negro
cuando, en el horizonte,
mi espíritu se vincula a los ancestros.
Ancestros atrapados por la tormenta
donde atrona el olvido
y llueven los recuerdos
para empapar la nada.
Sólo el amor profundo
de los allegados más próximos
me salva de la angustia
de ser fulminado
por el rayo del Alzheimer.
“Cuando los recuerdos se evaporan” Poema XXII
© César Sobrón