
Cómo duele esta España cazurra, embadurnada de envidias y odios, está dispuesta a sacarse los ojos, antes que ver la realidad que surja, para sacar el mayor beneficio colectivo. Hay que asumir que somos un también, que tenemos un cerebro afectivo, al que conviene darle de comer algo de calor, con mucho cariño. Abrir la posibilidad de ser. Ser un ser con utilidad social, seres con respeto y amabilidad que, sin renunciar a ningún esfuerzo, luchan por una mejor realidad.
Fragmento de “Lápida”
© "Relatos impresionistas"