
(aunque a veces parezca que amanece por occidente)
Los pasteles pintándose
en el horizonte
a la caricia de los rayos del sol.
Los matices de color mutante
surcados por las aves en vuelo libre.
De la noche oscura
a la luz brillante
Todo un amanecer místico,
un momento eterno y trascendente
preludio de un día vibrante.
Poema VIII “Mística mundana”
© César Sobrón