
Qué generosidad la del docente
que ofrece su trabajo cotidiano
para integrar la realidad emergente
que suda el caos del género humano.
Qué amplitud la del espíritu llano
que asume la ignorancia de las almas
para modelar con sus propias manos
y transformar ansiedades en calma.
Cuánta serenidad se necesita.
Poder entresacar entre los gritos
los miedos que aparecen de visita.
Cuánto respeto, me inspiran los mitos
silenciosos, que a la aventura invitan,
que extraen sabiduría a los ritos.
Poema XV “Las partes de un todo”
© César Sobrón
(Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso del autor)