
En un rincón del desván, donde se acumula el olvido, había un gran baúl de nogal forrado con tiras de cuero negro, reforzadas con tachuelas de latón dorado, cubierto de telarañas y polvo, medio oculto por una enorme cantidad de trastos abandonados. Un baúl tan pesado que parecía clavado en el suelo.
Un caserón entre cipreses
© César Sobrón