
Pista 1
Hoy, hace unos cuantos años, nació Miguel de Cerbantes y Cortinas, que con el tiempo se transformaría en Miguel de Cerbantes Saavedra. Murió su carne. Quedó su alma impregnando todas las obras que escribió, en especial en su última obra, Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Nunca me cansaré, por todo lo que he aprendido con él, de felicitar su nacimiento.
Aquí os propongo un par de poemas, uno cantado y otro escrito, para gozar con vosotros, amigos lectores, con su nacimiento.
Vaticano, Lepanto y otras batallas 22-28 años
Huyendo del patíbulo,
a Roma llegó Miguel.
El cardenal Acuaviva
le otorgó la gran merced
de andar por el Vaticano.
Así, poder conocer
la novedad de las artes
atesoradas en él.
Se alistó, como soldado,
al ejército después
para luchar contra el turco.
El esquife del bajel
fue su puesto en la batalla.
Atacado por las fiebres,
deseoso de vencer,
en la proa cayó herido,
a punto de fenecer
por un par de arcabuzazos
que le rasgaron la piel.
A bordo de la Marquesa
luchó por su rey y su fe,
Allí mostró su valía.
Allí cumplió su papel.
Satisfecho, en Mesina,
se curaron sus heridas.
Cicatrices en el pecho
y con su brazo maltrecho,
continuó batallando,
orgulloso y mutilado
hasta que pudo lograr
título de capitán.
Miguel de Cerbantes. Su vida en canto (fragmento)